La comida de Nochebuena es un clásico en casa de los Marfà-Bruix. Es un clásico por la misa del Pollito (como la del Gallo, pero a las 8 de la noche), es un clásico porque Papa Noel nos trae regalos, y es un clásico por lo bien que nos lo pasamos. Tuve muchos regalos, y voy a intentar no olvidarme de ninguno: CD de Julio Iglesias, el DVD de Blade Runner, un diana de dardos magnéticos, dos pares de calcetines, una bolsa para venir al curro, una bufanda… Muchas cosas eh!
Y llegó la hora de la cena. Para picar hubo un poco de jamoncito. El menú, igual de bueno que siempre. De primero una sopa de “galets” con unas albondiguillas de ensueño. En serio, las albondiguillas son para morirse comiéndolas. De segundo llegó el roast beef, con trozos más cocidos y otros más crudos. Yo, soy de los que cogen la parte intermedia. Ya lo dijo Aristóteles, “en el punto medio está la virtud”. Como guarnición de la carne había patatas cocidas, pepinillos y una salsa hecha con el propio jugo de la carne. De postre una macedonia que después de tanta comilona sienta fenomenal, turrones y golosinas navideñas.
Toque estrella: Las albondiguillas de la sopa
Tuesday, January 09, 2007
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment