Friday, December 30, 2011

The Nutcracker, en la Boston Opera House


Anoche, gracias a la generosidad de Lex, fuimos a la Ópera de Boston a ver el ballet The Nutcracker, El Cascanueces, de Tchaikovsky. El otro día le dije que nunca había visto ballet, y me comentó que la Compañía Boston Ballet estaba representando las últimas funciones de su actual puesta en escena de El Cascanueces, que llevan representando desde 1995, y que el año que viene cambiarán.


La Ópera de Boston, al contrario del Real de Madrid, es lo que se espera de una ópera. Como decía mi tío Toni, una torre de control de un aeropuerto tiene que ser grande y parecerlo. Algo así pasa con las óperas, tienen que ser grandiosas y además parecerlo. Ésta cumple con los cánones, mucho oro, mucho terciopelo, y un par de pisos que sientan a más de 2600 personas.


Pillamos las entradas que teníamos reservadas en la taquilla y subimos al segundo piso. Desde ahí se puede admirar el inmenso fresco que ocupa el techo de la sala. Las entradas no parecían nada del otro mundo, pero me equivoqué. Empezó el ballet y con ello una puesta en escena genial. Muchas canciones conocidas, unos decorados impresionantes, y lo más importante, unos bailarines que me parecieron de otro planeta. Tal vez esto es lo que se ve en cualquier ballet, pero a mi me pareció irreal :).


Mis número favoritos fueron "Nº 12 Valse des flocons de neige" y el "Nº20 Grand ballabile" y los dos números con el oso de peluche gigante. Gran regalo de fin de año!

Thursday, December 29, 2011

Comida de San Esteban en El Serrat


El día de San Esteban se celebra el 26 de diciembre y es un día festivo en Cataluña. Las familias se reunen y comen juntas canelones y carne, estos primeros rellenos con los "restos" de la comida de Navidad.

En nuestra familia siempre nos reuníamos con nuestra bisabuela, Enriqueta de Luna (según ponía en su menú de boda, Enriquetilla). Desde que murió hemos seguido manteniendo la tradición, y aunque siempre faltan algunos, siempre tenemos una buena cantidad de asistentes. Cuando me bisabuela vivía hacíamos la comida en un hotel de Vic (localidad de donde es mi abuela materna), pero al par de años de morir mi bisabuela movimos la comida a un pueblo cerca de Vic, Taradell, donde el famoso restaurante Can Jubany ha abierto una sucursal, El Serrat.


El sitio es espectacular, al lado de un campo de golf, en un edificio moderno de acero corten y cristaleras infinitas. Todo ello con una vista del Pirineo de un lado y el Montseny del otro. ¿Y la comida? Pues os la paso a relatar.

Aceitunas gazpachas
Con sus zanahorias y guindillas. Esto se echa de menos en EEUU

Galletas "oreo" de parmesano

Una de las creaciones más originales.

Mollete de pan con jamón ibérico "Joselito"

Excepcional. Simple combinación de pan con jamón... ¿pero qué más podemos pedir?

Air-baguette de tocino iberíco con caviar de aceite de oliva

Exquisita elaboración, con la esferificación del aceite y el ligero crujiente del tocino

Crujiente de brandada de bacalao

Hojaldre de higo caramelizado y mi-cuit de foie


Caldo con "galets" y albondigas

***
Canelones

Este plato es lo mejor de toda la comida. Sí, me siento como un niño tomando la pasta con la cremosa bechamel y el relleno
***
Pato asado con relleno de foie y frutos secos
En este punto ya estamos que explotamos y nos traen carne con foie? 9 sobre 10
***
Tronco dulce de avellanas y chocolate con crujiente de barquillo

No os dejéis llevar por el nombre. Yo no daba nada por el que fue el acabó siendo el mejor plato de toda la comida.

Wednesday, December 28, 2011

Navidades en España

Estas Navidades han sido cortas pero intensas. He pasado una semana escasa en España, pero ha valido la pena.

Salí de Boston el martes pasado, y por primera vez en mi vida perdí un avión. Otras veces he estado cerca de perderlo (me acuerdo de una noche loca de karaoke antes de salir para Camboya) pero esta vez se consumó el desastre. Llegué al Logan y me dijo el de US Airways que mi vuelo había cambiado de hora y que me daban asiento para el día siguiente. El billete lo había reservado mi jefe a través de la agencia de viajes con la que trabajamos, y tal vez le comunicaron el cambio y él se olvidó de decírmelo. ¡Quién sabe! De todas formas llamé a la agencia, me recolocaron en otro vuelo vía Dublín y llegué un par de horas más tarde de lo planeado.

En Madrid estuve solo un par de días pero me dio tiempo a ver a mucha gente. Quedé con Guille, Luis y Fer, con los ex compañeros de Isban, con Lola y Alicia. Tomamos tapas, cañas y cafés pero no me dio tiempo a pasearme mucho por Madrid.

El viernes por la mañana, después de salir el día antes de copitas con los compis, subimos en coche a Barcelona con mis padres. Un Madrid Barcelona en coche es como un vuelo transatlántico corto, pero sin pelis ni comida. Es curioso como tras tantos años de hacer este camino llegas a memorizar todos los paisajes por los que pasas durante 620 kilómetros.


En Barcelona me quedé en casa de Santi, que se ha independizado en un precioso piso al final de Travesera de Les Corts, donde corta con Avenida de Sarria. Tuvimos muchas comidas con familia (Navidad, San Esteban), cenas con familia (con mi tío Augusto, el día de Nochebuena) y mil historietas con unos sobrinos y sobrinas que están creciendo rapidísimo.


Para volver, otra vez, vía Dublín con Aer Lingus. Curioso lo del aeropuerto de Dublín, donde se pasa el control de pasaportes y aduanas de Estados Unidos antes de subir al avión. Te ahorra tiempo, aunque la educación de los agentes de inmigración es igual de horrorosa que en EEUU. Tanto que esta vez he abierto una reclamación en la página web del Servicio de Control de Fronteras de EEUU.

Wednesday, November 30, 2011

Biblioteca Pública de Cambridge


A una manzana de mi casa está la sede central de la Biblioteca Pública de Cambridge. Desde que me apunté la visito al menos una vez a la semana, y he pillado todo tipo de libros: literatura de ficción (Brooklyn Foolies), libros de cocina (Great Easy Meals), guías de turismo (Fooder's de Boston y Nueva York) e incluso documentales (When we were kings). El catálogo es muy amplio, y la biblioteca pertenece a la red Minuteman Library Network, que agrupa a las bibliotecas de todos los pueblos y universidades de la zona, por lo que existe un catálogo interbibliotecario grandísimo. Mis próximos libros a leer de ficción son los siguientes:

- The Great Gatsby
- To Kill a Mockingbird
- Les Miserables
- Lord of the Flies

LA Burdick Chocolate en Harvard Square


Un sitio que me ha descubierto Lisa y del que estoy súper enganchado es el LA Burdick Chocolate. Esta pequeña chocolatería, en Brattle Street, sirve un chocolate caliente de muerte. Lo tienen en varios tamaños, pero el tamaño pequeño (demi) de chocolate negro es una delicia. Luego tienen pastelillos para acompañar, que no matan. Probé los macarrons y sin estar malos, no eran macarrons. Y el pastel de chocolate y limón sabía a medio limón, a poco chocolate y nada más. El café espresso tampoco especial.

Vamos, que lo que hacen bien, el chocolate caliente, les sale de fabula.

Clover en Harvard Square


El sábado fui a un sitio del que había oido hablar y que me dejó indiferente, el Clover. La idea empezó como un camión que servía comida por la calle y hace un año abrieron una sucursal "fija" en Harvard Square, en la calle Holyoke St. Lo de "fija" es porque el ambiente que han creado para el restaurante recuerda más a un escenario temporal que a algo que piensen que va a durar.

La comida fue lo más flojo de todo. Fui sin saber que era un restaurante vegetariano, pero no creo que ese fuese el problema. Me tomé un falafel en pan de pita, y no fue nada más sabroso que el que me tomo en los kebabs de Madrid. La bebida que me pedí fue una limonada a la canela, que ni fu ni fa. Vamos, que no salí de allí más contento de lo que había entrado.

City Girl Cafe


El domingo descubrí City Girl Cafe. Este pequeño restaurante en la zona de Inman Square se merece de momento el título a mejor brunch dominguero de Boston.

La noche del sábado al domingo estuvo nevando, por lo que cuando salí de casa el domingo a las 10:45 hacía un día soleado, con la nieve del día anterior, pero con una temperatura bajísima. Subí por Dana hasta Cambridge Street y de ahí subí andando hasta la interesección con Hampshire Street donde está el City Girl Cafe. Me hicieron esperar en la calle, medio congelado, 20 minutos, pero la espera tuvo su recompensa. En una mesa pequeña me trajeron un café que, aunque esté en la media de lo que se sirve en este país, estaba malillo. El plato fuerte que me pedí fue "asiago biscuits with sausage gravy; served with scrambled eggs", que se traduce algo así como panecillos de asiago con puré y salchichas sobre huevos revueltos. El plato estaba divino. El servicio correcto, y aunque tenían gente esperando en ningún momento sentí como que me estuviesen echando. Repetiremos.

Thanksgiving en casa


El jueves pasado celebramos el día de Acción de Gracias en casa. Este día es una gran fiesta estadounidense, tal vez la mayor fiesta estadounidense, algo parecido a nuestro día de Navidad. Lo típico para este día es comer pavo asado relleno de pan y verduras.


Como en mi casa son así, decidimos que ya que nos poníamos debíamos comprar un pavo bien grande. Nos reservaron un pavo de 19,5 libras (9 kilos) y empezamos a eso del mediodía la larga tarea de cocinarlo. Lo primero es sacarle lo que hayan dejado dentro del pavo. El nuestro llegó muy limpito y lo que habían dejado (cuello e intestinos) lo tiramos a la basura. Luego hicimos el relleno (aquí conocido como stuffing) a base de pan y verduras. Separamos la piel del pavo, lo rellenamos, lo rociamos con caldo y lo envolvimos en papel de plata antes de meterlo al horno.


Una vez que el pavo estuvo en el horno empezó la tarea del resto de los platos acompañantes. Hicimos muchas castañas al horno, judias verdes, zanahorias, puré de patata y nabo, gratén de patatas, coles de bruselas con jamón, salsa para el pavo (reducción de su caldo con harina), salsa de arándanos, pastel de manzana y pastel de calabaza. El pavo tardó sus 5:30 horas en cocinarse, por lo que aprovechamos para catar buenos vinos, cervezas y sidras.


Los anfitriones fuimos todos los compañeros de la casa. Camille en un principio se iba a volver a California, pero los experimentos del laboratorio no están saliendo del todo bien y se quedó para trabajar. Además vinieron Christoph y su novia, Apolline, Michel y Antonia. El pavo salió muy rico (para lo que es el pavo), pero mis favoritos sin duda fueron el puré de patata y nabo y el gratén de patatas.

The Descendants


Me encanta George Clooney. No necesita hacer de guapo para hacerlo de lujo. No necesita un buen guión, ni chicas guapas.

Ayer fui a ver con Roshan su última película, The Descendants (Los descendientes en España), a los cines de Kendall Square. La película relata la vida de un hombre de negocios de Hawai, cuya mujer sobre un accidente en una lancha motora, y que se encuentra con dos hijas de 10 y 15 años de las que se ha despreocupado en los últimos años.

El argumento es poco más que inexistente, una pequeña historia de (des)amor, peleas familiares y un par de personajes graciosos. Es curioso como con tan poco han creado una notable película. Hay un equilibrio entre humor y drama (tiene muchas escenas en las que no sabes si reirte o tomártelo en serio), George Clooney está magnífico, la banda sonora crea una atmósfera muy hawaiana y los interiores están muy cuidados.

Moraleja: No se necesita un gran guión para hacer una buena película.

Wednesday, November 23, 2011

Happiness

Happiness is sunshine in the morning when you don't have to get out of bed. Its the leaves falling golden around you as you walk along the river. Its the smile on a stranger's face. Its the silent support of friends. Its the sensible knock from family. Its knowing that right now you have a chance to be alive and that by knowing that you are not wasting that chance. It is being wrapped up warm with a loved one. Its the smile on my brother's face. Its the silence in the house that you know is home.
By R.

Tuesday, November 22, 2011

Foto de familia, Halloween 2011


Os dejo una foto de mis compañeros de casa, la noche de Halloween. Fue una gran noche y por fin conseguimos una buena foto de toda la familia junta.

Sunday, November 20, 2011

The Winter is coming


Como dicen en la serie Game of Thrones, winter is coming. El invierno se acerca, y con ello los miedos de qué será de mi: frío, noches que empiezan a las 4 de la tarde, gente en sus casas. ¿Qué será de mi?

Tuesday, November 01, 2011

Soy feliz en Boston

Tal vez ya haya escrito algo parecido desde que llegué a Boston, pero no por ello quiero dejar de volver a escribirlo. Soy feliz en Boston. ¿Porqué?


1) Me gusta donde vivo: He tenido la INMENSA suerte de caer a vivir con una gente que son mucho mejores de lo que podría haber deseado.
1.1 Clemens: El alma de la casa. Ciéntifico loco austriaco, de mi año, que estudió en el ETH y se vino a Boston a hacer el doctorado. Es la persona más comprensiva de la casa, la que tiene el corazón más grande, siempre atento a cómo estamos todos, y en cierto sentido, y espero que ni traduzca esto ni se ofenda si lo traduce, la madre de todos. "Cierra la puerta que se escapa el frío", "se te ve con mala cara, ¿qué tal los proyectos?". Hace un tándem perfecto con Alix, su novia francesa, que aunque no vive en la casa, pasa muchas noches por aquí.
1.2 Georg: El cocinero de la casa. Este tío nació para ser medio modelo de Armani medio chef profesional. Para lo primero le falta ser un poco más alto y para lo segundo debería dejar su espectacular carrera profesional como físico cuántico. Al igual que Clemens, está en Harvard habiendo estudiado la carrera en el ETH de Zuric. Le gusta tener el cuarto super ordenado, es una persona súper segura de si mismo y le gusta todo aquello que sea sofisticado. Los domingos por la mañana le adoro por sus brunches y los sábados por la noche por las empanadillas chinas que nos cocina antes de irnos a dormir.
1.3 Camille: El aire fresco de la casa. Quizás la persona más compleja de todos. No le he pillado del todo el truco y creo que nunca se lo pillaré. Ni yo ni la mayoría de la gente. Una tía súper independiente, a la suya, muy parecida a su madre (con la que ya he coincidido un par de veces), muy directa por lo que a menudo parece ir con sentido de superioridad. Es la persona más diferente del grupo, tal vez porque sea la única estadounidense. Amor odio.
1.4 Charlotte: La hermana pequeña de la casa. La persona con la que vivo a la que más quiero. No es la más simpática, ni la más carismática, ni la más fiestera, pero hemos conectado muy bien. Nos vamos al cine, nos contamos nuestras cosas y nos lo pasamos debuti. Al igual que yo, trabaja, lo que nos separa un poco del resto que siguen estudiando y que llevan viviendo juntos un año más que nosotros.

2) Me gusta mi trabajo: He caído en un gran grupo de trabajo, con un jefe que parece que está siempre enfadado pero que tiene una gran inteligencia y estoy aprendiendo muchísimo de él. No sólo con él, sino con el resto del staff: Paul, Keerti, Victor, Scott. Estoy aprendiendo de Riesgos, algo que nunca había tratado en mi vida, estoy aprendiendo a trabajar con estadounidenses y españoles a la vez y estoy aprendiendo a comerme marrones y a solucionarlos. Me gusta lo que hago.

Saturday, October 22, 2011

Sorel Men's 1964 Premium T Canvas Boot

El jueves fue un gran día. Muchas buenas noticas: el trabajo iba bien, me sentía feliz, ETA declaró el abandono de la violencia y me metí una deliciosa sopa tailandesa con gambas. Andando para casa pensé: "oye, si llego y están mis botas esperando en casa, será un día perfecto". Las botas no estaban, así que el día se quedó en casi perfecto.

¿De qué botas hablo? Para los que no lo sepáis, el clima en Boston es difícil. La frase que más me gusta es la de "si no te gusta el tiempo en Nueva Inglaterra, espérate 10 minutos". El tiempo cambia muchísimo, un día puede hacer un calor húmedo sofocante, y al día siguiente la temperatura cae 20 grados y te llueve sin parar. Y en invierno es conocido por las tormentas de nieve y las temidas tormentas de hielo (lluvia que va cayendo y se transforma en hielo antes de tocar tierra).

Para sobrevivir a estas condiciones ya estoy preparado. Me traje el pantalón y el abrigo de esquiar. Calcetines, gorros y guantes. Pero me faltaban las botas, unas botas con las que andar por ciudad cuando todo está cubierto de nieve y cuando uno tiene que andar de casa al metro aunque no tenga ganas y estemos a -15º. Así que mirando llegué a unas botas preciosas de Sorel, en varios colores y con un precio bastante bueno (110$). Miré mi talla en una tienda de Harvard Sq (donde costaban 130$) y luego me fui a Amazon que eran más baratas. No sé qué hice que al final el precio se quedó en 82$ (ojalá lo supiese para volver a hacerlo) y me acabaron llegan a casa anoche. En vez de hacer perfecto un día casi perfecto, me alegraron un día que parecía que iba a acabar muy mal. Muy mal porque estoy en la ofi trabajando (ahora estoy esperando que me pasen unas cosas) y me pusieron una sonrisa en la cara. Os adjunto las fotos del desempaquetamiento.




Sunday, October 16, 2011

Fin de semana en Maine


Los estadounidenses son gente muy práctica. La mayoría de las fiestas las hacen coincidir con jueves, viernes o lunes para tener puentes. Así, este pasado lunes se celebraba Columbus Day (el Día de la Hispanidad), pero en vez de caer en 12 de octubre como pasa cada año en España, aquí se celebra el 2º lunes de octubre, por lo que puede caer entre el 8 y el 14 de octubre. Hasta principios de la semana pasada no tenía ningún plan, y como no me quería quedar en Boston durante uno de los últimos fines de semana de buen tiempo del año, miré cuál era el Parque Nacional más cerca de Boston.



Maine es un gran estado en extensión (no tanto en población) que queda en el extremo noreste de Estados Unidos, haciendo frontera con las provincias canadienses de Quebec y Nuevo Brunswick por el norte. Es una zona conocida por su naturaleza y allí se encuentra el Parque Nacional de Acadia, el primer Parque Nacional de los Estados Unidos al este del río Misisipi. Para llegar allí alquilamos un coche en Enterprise, muy barato porque conocemos a alguien que trabaja allí. Bueno, no lo conozco yo, sino que es un amigo de Lauro, el compañero de trabajo mexicano que se vino conmigo a Maine.


Salimos el viernes por la noche y llegamos a las inmediaciones de Acadia pasadas las 00:00. Pillamos las llaves de nuestra habitación en un hotel muy mono (Knights Inn Bar Harbor), un edificio largo de una sola planta con porches y sillas a la entrada de cada habitación, y a dormir hasta el día siguiente. No dormimos mucho, a las 8 estábamos duchados y desayunando en el hotel (café, zumo y mufins, nada espectacular). Pillamos el coche, condujimos hasta el parque, compramos nuestro pase semanal (es obligatorio comprarlo aunque solo entres una vez) y condujimos por la carretera circular que rodea el parque. Llegamos a las inmediaciones de Sand Beach y dejamos el coche para empezar la primera caminata del día: subir al Beehive y al Gorham Mountain pasando por el lago The Bowl. Bajamos hacia la playa y volvimos al coche por el camino paralelo al mar. Nos hicimos unos sandwiches y nos los tomamos en Sand Beach, disfrutando de la arena y las olas. Lauro que es un valiente hasta se bañó mientras yo disfrutaba del solecito otoñal.



Y por la tarde seguimos con el coche por el Loop (carretera circular) hasta el Jordan Pond (un gran lago) donde nos hicimos el perímetro del lago y subimos al pico Penobscot, desde donde se disfrutaba de unas magníficas vistas del parque. Bajamos, pillamos el coche y nos fuimos de vuelta al hotel, pero antes haciendo dos paradas estratégicas. La primera fue en un restaurante al lado de la carretera, donde venden marisco y te lo cuecen para tomártelo en unas mesitas que tienen al aire libre. Imaginaros el buen tiempo que hacía, ya que Maine es conocido por su mal tiempo, y estábamos cenando al fresco. Buenísima la langosta, seguida de medio kilo de mejillones, una mazorca de maíz, ensalada de col y mucha mantequilla. Y la segunda parada, no tan sabrosa pero muy productiva, fue en el Walmart. Acostumbrado a los precios de Boston para todo, lo del Walmart me parece que estoy robando a alguien. Me compré cosas de primera necesidad a mitad de precio que lo que pago en Boston!


El domingo nos volvimos a despertar pronto y nos fuimos a alquilar una canoa para navegar por el Long Pond. Ni yo ni Lauro teníamos demasiada experiencia en el arte de las canoas, pero nos pusimos chuni chano y nos hicimos el lago de arriba a abajo. De vuelta, matados, Lauro tirándose una vez más al agua, devolvimos la canoa. Entonces fue cuando nos dijeron todo lo que habíamos hecho: 4 millas de largo tenía el lago, por lo que habíamos hecho 8 millas!!! Con la satisfacción del deber cumplido, nos pillamos el coche para ir a Bar Harbour, el pueblo central de la isla en la que se encuentra el parque. Muy bonito, con mucha vida y con gente con pasta.


Y la idea fue pasar el resto del tiempo conociendo los pueblos entre el parque y Boston. Así, antes de que anocheciera, nos bajamos a Candem, a una hora del parque, es un bonito pueblo al lado del mar. Cuando se hizo de noche decidimos bajarnos a un motel en Lewiston que habíamos pillado por internet y que estaba al lado de los pueblos que queríamos ver el día siguiente.


Empezamos con Freeport, que no está mal, pero es más un gran centro comercial que un pueblo! Como no nos gustó mucho (a Lauro le gustó más que a mi porque se compró medio pueblo) nos fuimos al otro lado de la bahía para ver el parque estatal de Wolfes Neck Woods, el que me gustó muchísimo. Pasamos un rato por allí antes de bajar a Portland, la ciudad más grande de Maine, donde se puede disfrutar del Puerto Viejo y de mucho ambientillo con tiendas y restaurantes en calles peatonales. Para cerrar el viaje, y antes de pillar el coche para volver, nos fuimos a un Domino's Pizza a disfrutar de una pizza con queso feta y espinacas.

Ya de vuelta a Boston, dejé a Lauro en su casa, deje mis cosas en mi casa, bajé al aeropuerto a dejar el coche y me volví con la sensación de haber pasado un grandísimo fin de semana.

Thursday, September 29, 2011

Catching up!

Hace mucho tiempo que no escribo en el blog. Y es pura pereza y muchas veces simple olvido. No he escrito sobre el bodorrio del año al que fui hace un mes en Palma. Empecemos por eso.

Alán es el primer gran amigo que se casa. Había ido a bodas de amigos de amigos, de conocidos, pero no de amigos. Además, a Luis, Guille, Fer y a mi nos había hecho "testigos" de la boda, lo que hace más difícil decir que no vas! Los testigos además tienen que llevar un chaqué, que la verdad a mi me parece un vestido ridículo, que no le queda bien ni a George Clooney, pero que hace que cuando te vean las primas de la novia digan: "ah, mira ese, es uno de los testigos". No solo la boda fue bien. Tuvimos tiempo para conocer Palma (¡qué belleza!), para ir a la playa, para salir de fiesta y para descansar.

Ya de vuelta al mundo cruel, he tenido unos días de montar muebles del Ikea. El anterior habitante de mi habitación me llamó un día para decirme que al día siguiente se iba a llevar todo lo suyo de la habitación, incluyendo una preciosa cama Malm del Ikea. Tuve que hace un viaje al Ikea con Germán a por otra cama igual, y con eso, un escritorio reciclado que los vecinos iba a tirar a la basura y una estanteria Billy también del Ikea me estoy apañando.

El trabajo sigue bien, con cambio de jefe (es un jefe lateral, no el jefe máximo al que reporto), lo cual siempre genera un poco de incertidumbre por "cómo será". Y con los compañeros de casa como siempre de bien. La semana pasada salí a una fiesta universitaria con Charlotte, y esta noche nos vamos los chicos (aún no sé si se apunta Camille también) al Cure a darnos unos bailoteos. Ya nos hemos apuntado en listas, por lo que seguro que será una gran noche.

Friday, August 26, 2011

Un viaje raro

Ayer volví a Boston, esta vez volando con US Airways vía Filadelfia. El día empezó bien temprano, saliendo a eso de las 8 con Guille a hacer recados: banco, desayuno de café con porras y a alquilar un chaqué para la boda de Alán en Mallorca. Unos pinceles que estábamos hechos. Un par de horas antes de que saliese el vuelo Guille me dejó en la Terminal 1 y de camino a Boston.

Como están las cosas, lo de los controles de seguridad son cada día más absurdos. Control de preguntas en la cola de facturación de US Airways, control para acceder a las puertas de embarque, control de pasaportes para acceder a las puertas A de la T1, control de billetes para pasar por una zona y otra vez las mismas mujeres haciendome otro control de los billetes y del dutyfree que había comprado 10 minutos más tarde. HORROROSO. Pero no fue lo peor, porque entre medias vi el que probablemente se gane el premio al avión más feo del planeta: uno de Delta, que hacía el MAD-JFK, y que iba pintado todo de rosa y gris por lo del cancer de mama. Entiendo que es un avión solidario, pero FEO FEO.

Ya embarcados en el US741, me sorprendió que los Airbus330 que tienen los llevan con pantalla individual en clase turista. La sorpresa siguió cuando nos dijeron que por los auriculares de doble entrada (los típicos de los aviones) nos cobraban 5USD (o 5 EUR, un buen negocio con el coste de los euros a día de hoy). La comida también fue curiosa, con un pollo en salsa barbacoa que era más de un McDonalds que de una aerolinea. Y por si la cosa no había sido de tralla, decidí ver la película de Dragonball: Evolution. Sabía a lo que me arriesgaba, pero fue peor de lo que me esperaba! MADRE DEL AMOR...

Llegamos a Filadelfia, creía que entrando en EEUU con un nuevo visado tendría más problemas, pero pasé el control de inmigración en un periquete y me las daba muy felices. Ya cuando habíamos aterricado en Filadelfia había visto que estaba lloviendo y en el descenso habíamos pasado por unas zonas de muchas turbulencias, pero no sabía el efecto que iba a tener el huracán Irene en mi vida... Una vez que hube refacturado las maletas (en EEUU si tienes una conexión entre un vuelo internacional y uno doméstico tienes que pillar el equipaje, pasar aduanas y volver a facturar) me fui a por la nueva puerta de embarque. SORPRESA: vuelo cancelado... Lo de Irene estaba fastidiando el espacio aéreo de EEUU y el avión que iba a Boston no podía llegar a Filadelfia. "Perdona, Linda, ¿me podéis poner en otro vuelo?", le pregunté a la azafata de tierra de US Airways. "Perdona, está todo lleno para hoy, te pondremos en un hotel y mañana sales a Boston. De todas formas, por su hay suerte, te pongo en lista de espera". Tras dejar pasar 3 aviones llenos a Boston, tras lloros a Linda y sus compañeras, conseguí que me metieran en el último avión de la noche.

Detrás, en el vuelo a Boston, llevaba a un tío que lo había visto durante toda la tarde, y que se quejaba de que necesitaba un vuelo a Boston con urgencia porque hoy le operaban. Así que le desee suerte en su operación y me dijo: "No, no me operan. Lo uso y siempre funciona". ¡Que gran hijo de puta! Pero tras más de 16 horas de viaje, llegué a Boston, mi maleta había llegado antes que yo y estaba esperándome huérfana en la zona de equipajes y tras pillar un taxi llegué a casa con más ganas de cama que otra cosa.

Friday, August 19, 2011

Samuel Adams (la cerveza)


No, no voy a hablar de historia de los Estados Unidos. Tal vez a los más cultos en la Revolución Americana os suene el nombre de Samuel "Sam" Adams, que fue uno de los padres de la independencia de los Estados Unidos y miembro de la asociación "Hijos de la Libertad". Con lo tanto de moda que está en "Tea Party" hoy en día, él fue uno de los inspiradores del motín del té de Boston, que caldeó los ánimos de los habitantes de Nueva Inglaterra en 1773.

Pero Sam Adams también es el nombre de una deliciosa cerveza que se produce en Boston. Según mis compañeros de casa, grandes connoisseurs de cervezas, las (cervezas) europeas son mejores. Pero esto es como los vinos. ¿Cuál es el mejor? El que más te guste. ¡Y a mi la Sam Adams me gusta mucho!

Albert en Boston

La semana pasada tuve la primera visita familiar a Boston. Vino mi primo Albert, que este año ha acabado el instituto y está esperando a empezar Ingeniería Química en la UAB. Lleguó un miércoles, con algo de retraso y le costó salir. Del aeropuerto nos pillamos el metro a casa, y como era tarde y lo teníamos de camino, nos paramos a cenar en la terracita de Grafton Street. El resto de días entre semana se dedicó a hacer turismo por la ciudad durante el día, y luego por la tarde quedábamos en algún sitio para hacer algo más o ya en casa para cenar y ver una peli.


El tío se metió unas buenas pateadas y cuando llegó el fin de semana bajamos a Nueva York. Ahí sí que vivimos bien: Chris nos adoptó en su casa, en pleno centro financiero, a dos pasos de Wall Street. El viernes por la noche cenamos pizzas y unas cervecitas, y lo bueno de que mi primo aún tenga 18 años es que no salimos y el sábado nos pudimos despertar súper pronto. Salimos hacia la Estatua de la Libertad y Ellis Island. Luego desde Battery Park salimos andando a buscar a Chris, nos paramos a comer cerca del Meatpacking District, seguimos zigzagueando por la ciudad y acabamos en Times Square. Una pequeña paradita, tomar fuerzas y llegar hasta la esquina de la 5ª con Central Park. WAUH! Volvimos a casa de Chris y cenamos en el piso 40 y tantos unos deliciosos burritos del Chipotle.


Y el domingo otra vez nos despertamos pronto para no desaprovechar el día. Llegamos a las Naciones Unidas a y como aún no habían abierto (en la web dicen una hora y en verdad es otra) pues nos fuimos hacia el Chrysler y el Empire State Building. De vuelta en la ONU hicimos el tour con audioguía (los guiados con persona solo son durante días laborales), vimos el Consejo de Seguridad (con todas las renovaciones de los últimos años pocos días está abierto) y volví a disfrutar de una de mis atracciones favoritas de NY. Luego de allí salimos andando, subimos hacia el Central Park, anduvimos hasta el Met, comimos algo en Upper East Side (huevos benedictinos, como el día antes) y volvimos a bajar hasta Times Square, pero esta vez entrando por el norte (mi primo dijo que esto es lo que más le impresionó del viaje). Para terminar, por primera vez en el día pillamos el metro para bajar hasta Franklin Square, comimos algo con Chris y sus amigas, y entre que bajamos andando a su casa se nos hizo la hora de marcharnos. Un grandísimo fin de semana.


¿Y en qué llenamos el resto de la semana? Pues mi primo con más visitas a Boston, cenas con amigos, pelis por la noche (Adjustment Bureau y Tropa de élite) y tardes de compras por el centro de la ciudad. ¡Qué emoción recibir a la familia en Boston!

Grafton Street y Russell Tavern

A la gente de Harvard le cuesta salir de la zona de Harvard. Es el mayor ejemplo de "comfort zone". En la zona alrededor de Harvard Square se sienten seguros, entre los suyos y alejados de la ciudad y de la ignorancia de quien no es uno de ellos. Así que con mis compañeros de casa no hemos investigado muchos restaurantes lejos de casa.

El segundo sitio al que me llevaron, y al que hemos vuelto un par de veces más, es el Russell Tavern. Este restaurante de dos plantas, en la calle JFK y a dos pasos del metro, es un buen ejemplo de los restaurantes que les gustan a mis compañeros de casa, con una amplísima carta de cervezas y una buena hamburguesa. Pero este sitio es mucho más que eso, y los platos son bonitos y sabrosos. Yo solo he tomado las carnes (trío de cerdo, cazuela de cordero o solomillo de ciervo) pero los pescados no tienen mala pinta. Mucho mejor si uno se puede sentar en la planta de arriba que abre sus ventanales a la calle o en la terracita si es época de verano. Sin embargo, si a uno lo sientan en la planta baja el local parece oscuro y falto de personalidad.

Este post lo comparto con Grafton Street, porque es un restaurante muy parecido a Russell Tavern y que pertenece al mismo dueño. El sitio me gusta más, está más cerca de casa y la terraza es inmejorable. Sólo he ido una vez, pero la merluza que me tomé con salsa de langosta estaba riquísima, y la pizza que se tomó mi primo no estaba nada mal. Apuntado para repetir.

Amigos

Estos días han sido un poco movidos. Creo que nunca había procrastinado tanto a la hora de hacer una maleta. Y no es que sintiese la necesidad de hacerla pero me faltasen ganas (cosa habitual en muchas otras actividades), sino que directamente dejé de darle importancia hasta la mañana antes de salir de vuelta a España. Así que el sábado me levanté con tranquilidad (la noche antes habíamos ido de fiesta a casa de Rashmi y luego a un sitio de salsa), fui a la biblioteca a devolver las guías de Boston y Nueva York que había pillado para mi primo y a coger Brooklyn Foolies de Paul Auster y finalmente me puse a hacer la maleta. La verdad es que casi ni metí nada, el traje, alguna camisa, el bañador y unos pantalones cortos. Poca cosa y seguro que se me olvidaba algo.

Así que me fui a hacer un brunch (desayuno-comida, muy popular entre la clase media-alta estadounidense) al Zoe's y me tomé lo que creo que tenía peor pinta de lo que vi pasar: una tortilla de mogollón de huevos, pasada, con maíz, judias, "chorizo"... puag, bastante mala elección regada con los cafés del país, que poco a poco me van gustando más y más. Del brunch vuelta a casa, pillar las maletas, y directo al aeropuerto.

Una vez que hube facturado pensé: "oh, posiblemente papá estará en Barajas esperándome para recogerme". Y es ahí donde entoné un miserere mei, al darme cuenta que me había olvidado las llaves de casa de mis padres en Cambridge. Mi padre me había enviado un correo el miércoles recordándome que pillará las llaves, pero ni así. Entonces pasé el control del aeropuerto (buscaron restos de explosivos en mis manos y no encontraron nada... todo ello después haberme hecho pasar por el escaner ese que muestra una imagen desnuda del pasajero) y dentro de la terminal hice uso de la wifi gratuita del Logan Airport. Llamé a Miguel, le comenté mi problema y me dijo que no me preocupase más, que me podía quedar en su casa la noche del domingo, ya que el lunes podría volver a casa porque mi padre volvía de Sitges.

GRACIAS Miguel una vez más.

PD. Miguel se ganó un libro de Nueva York súper chulo. Incentivo para futuros olvidos de llaves.

Idas y venidas

Muchos os preguntaréis qué hago yendo y viniendo tanto entre EEUU y España, ya que en 3 meses que llevo en Boston he vuelto ya 3 veces a España. Pues esto se debe al tema del visado con los EEUU, que es un asunto difícil. Al principio he ido a EEUU con un visado de reuniones, el B1, que normalmente usan los países que no tienen un tratado de Visa Waiver (Dispensa de visado) con los EEUU para ir de turismo. En cambio, si uno lo que quiere es trabajar y cobrar un sueldo en EEUU necesita algo más que el B1, y es por ello que he vuelto dos veces a España para ver si me podía sacar el visado E2, con el que entraría en EEUU como inversor trabajando para everis.

Ayer tuve la entrevista en la sección consular de la Embajada de Estados Unidos en Madrid con el viceconsul y todo fue genial. El tipo me sorprendió por su amabilidad y al final de la entrevista me dijo que me aprobaba el visado y que probablemente en menos de una semana tendría el pasaporte listo para pasar a recogerlo por la oficina de mensajería MRW.

Ahora espero volver a Estados Unidos y no moverme en un tiempecito, por lo menos hasta las Navidades, que aún no sé qué haré.

Monday, August 01, 2011

Buenísimo fin de semana

Hace tiempo que no escribo en el blog. Este finde que ha pasado ha sido de los mejores desde que llegué a Boston.

El jueves habíamos salido con los del curro. Nos fuimos al Biddy Early's, donde ya habíamos ido otras veces, pero con eso de que everis está creciendo como la espuma en Boston, pasamos de 4 asistentes a casi 15! Nos pasamos algunos con el Long Island Iced Tea, por lo que el viernes, tras cenar con Telmo en su residencia, me volví a casa a dormir.

Eran las 21:30 de la noche y recibí un mensaje de M. y F. diciendo que estaban las chicas tomando copas en el Tavern in the square de Allston. Me acicalé, me medio levanté y me fui para allá, donde me esperaban con unos cuantos chupitos y copas. Power drinking en 30 minutos y de ahí los grupos se dividieron en dos y me fui con M. y con Margarita al Venu. Me gustó mucho el ambiente.

El sábado nos despertamos así así, y tras desayunar algo rápido salí a dar una vuelta por Cambridge. Vaya día más bonito que hacía. A las 14:00 habíamos quedado con gente del meetup para hacer un pub crawling al que se apuntaron unos cuantos amigos. Pub crawling es lo que en España sería ir de cañas, pero aquí como son gente muy organizada, teníamos una hoja de ruta con 8 sitios y una hora para estar en cada sitio. Al principio comencé solo con Katharina, pero luego se fueron uniendo Carlos, Diego, Fernando, Fiana, los amigos de Fiana, David, Jaime, Tania, Julia, Navin... ¡Vaya grupo! La organización del evento fue buenísima, acabamos a eso de las 2:00 de la noche, y tras 12 horas de cervezas y risas me fui a dormir.

Y el domingo, el día del descanso, quedé con Lisa, una amiga de Fiana, para ir a la playa. En teoría teníamos que ir con Fiana, pero a la "pobre" se le lió la noche anterior y no se fue a dormir hasta las 6 de la mañana, por lo que el domingo no estaba muy dispuesta a levantarse pronto para la playa. Así que Lisa me pasó a buscar, nos fuimos al Starbucks a desayunar (quien me ha visto y quien me ve) y de ahí salimos en su coche hacia Singing Beach en Manchester-By-The-Sea, a unos 40 minutos al norte de Boston. La playa a la que fuimos está administrada por el ayuntamiento de Manchester, y para entrar tienes que pagar 5$ para su conservación. Había bastante gente, pero me gustó que el agua está bastante más limpia que en Revere Beach. Buen sol, agua fresquita y unas gaviotas que como te dejes algo de comida a la vista te lo levantan como verdaderos ladrones. De vuelta a Boston nos fuimos a comer/cenar al Cafe Pamplona (no me pareció nada del otro jueves) y acabé en casa viendo un clásico recomendado por Lisa: La Reina de África.

Venu


Venu es un muy buen garito en la zona de los teatros de Boston. Llegamos el viernes a toda prisa con M. y Margarita (mi conexión rusa en Boston) y como estas tías conocen a todo puerta conocible en Boston, nos saltamos toda la cola y no tuvimos que pagar en la entrada. Dentro, para llegar a la sala principal, hay que subir unas escaleritas. Y entonces llegas a una pista de baile, flanqueada por dos barras, la tarima dell DJ y la zona VIP. La música fue de lo que más me gustó, con canciones entre el R&B y el dance europeo. Las copas, como siempre en estos sitios, no son baratas (creo que están por los 10$, a lo que normalmente le tienes que añadir los 25$ que cuesta entrar). Gran noche en una gran discoteca.

Cafe Pamplona


Ayer tras ir a la playa con Lisa nos fuimos a comer/cenar algo a Cambridge. En un principio íbamos a ir a Petsi Pies, pero como era domingo nos dijeron que a las 5 de la tarde dejaban de dar comida (cierran a las 18:00). Así que andando andando acabamos en el Cafe Pamplona. De este pequeño café había oido muy buenas cosas y el sitio me decepcionó. La primera decepción fue el servicio. Según Lisa el servicio es malo porque el sitio es español (!) pero se tardaron mucho en atendernos, en traernos la cuenta... Estaban desbordados. El sitio creo que es el primer restaurante al que voy en EEUU que no tiene lavabos (¿es legal? Al menos no en España).

Y ya hablando de la comida (porque por eso es por lo que estábamos allí), yo me pedí un gazpacho grande de primero que era un gazpacho pero no. Era gazpacho pero se habían pasado poniendo especias de esas que no pegan en el gazpacho (¿era canela lo que tenía?). De segundo me pedí el Pamplona Special, un bocadillo grande de diferentes embutidos con queso y trozos de pepinillo. Muy muy normalito.

La Reina de África


Ayer vi una película divertida de los 50, African Queen (en España La Reina de África). Esta súper producción de su momento, con Katharine Hepburn y Humphrey Bogart (papel por el que ganó el Óscar a mejor actor), narra la historia de una misionera británica (Hepburn) que se encuentra en peligro en el África Oriental Alemana durante el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Su hermano y compañero de misiones muere poco después del comienzo de la guerra y su única esperanza es bajar con un capitán de barco canadiense (Bogart) por un río que da al lago donde los alemanes han puesto un acorazado que impide el avance de los británicos.

La misionera ésta es de armas tomar y decide que lo mejor es cruzar por donde están los alemanes, bajar por los rápidos y llegando al lago convertir la Reina de África (barco en el que navegan) en un torpedo para destruir el acorazado alemán. Película entretenida, clásico del cine del siglo pasado y con un reparto de renombre.

Nuevos bares en Harvard Square

El sábado por la tarde fui de bares por la zona de Harvard Square y descubrimos algunos buenos sitios. Era un evento de meetup y este fue el programa del día:

2:00 p.m. - Shay's Pub and Wine Bar: Este fue el primer sitio, y tal vez por ser en el que estábamos más frescos, me tomé una pinta de cerveza y otra de sidra. Conociendo gente, charlando y pillando el ritmo. Me gustó el ambiente rústico del garito.

3:00 p.m. - Charlie's Beer Garden: Mi favorito del día. Tienen una terraza super chula, con ambiente desde las 2 de la tarde hasta las 2 de la noche (es a donde volvimos después de acabar el rally de bares y haber cenado algo en casa)

4:00 p.m. - Tommy Doyle's: A este sitio ya habíamos ido un día con mis compañeros de casa y no nos defraudó. Tienen un par de plantas, siendo la de arriba la más animada. Esta vez llegamos y como aún era de día tenían mesas para comer/cenar. La otra vez que estuvimos era una gran pista de baile y ahí se puede dar todo

5:00 p.m. - Grendel's Den: Descubrimiento porque me habían hablado de este sitio y nunca había estado. El local es normalito, pero me han contado que tienen la comida a mitad de precio entre semana a partir de las 9 de la noche. Habrá que volver a probar más cervezas y a cenarse una hamburguesa barata.

6:00 p.m. - Uno's: El sitio más chic que visitamos. Me gustó la decoración del lugar, con unos azulejos de color blanco y negro. Aquí ya íbamos más tocados de lo normal y creo que fue el último sitio "normal" en el que estuvimos con gente "normal".

7:00 p.m. - Hong Kong: Segunda visita a este restaurante chino reconvertido en bar y discoteca nocturna. La semana pasada llegué de rebote porque estaban cerrando todo y esta vez no me gustó más que la anterior. Sitio raro, gente rara y cócteles chinos.

8:00 p.m. - Trata: Poco tiempo disfrute de este bareto porque tuve que salir a hacer unos recados. El sitio es molón y la comida que pasaban tenía muy buena pinta.

9:00 p.m. - John Harvard's: Aquí solo llegamos los verdaderamente acabados, con una pareja de 50 años que se habían conocido durante la tarde, una cuarentona que daba miedo, un treintañero que daba más miedo aún y todo mi grupo de amigos. No nos tomamos nada, salimos corriendo y nos tomamos la siguiente en mi casa.

Friday, July 08, 2011

Semanita en Madrid


Aquí estoy, en el aeropuerto de Boston, esperando en la terminal internacional el vuelo de Iberia de vuelta a Madrid. De momento me vuelvo por una semana por temas de papeleos con la embajada y espero que no se alargue demasiado. De todas formas, siempre hace ilusión volver a España

Fin de semana en Washington DC


Tras pasar unos buenos días de formación en las oficinas de everis en Reston, decidí ir hacia DC para pasar el fin de semana. Hacía 5 años que no veía a muchos amigos y siempre hace ilusión reconectar con la gente. Bajamos en coche con otra gente de everis Jaime y yo y nos dejaron en Washington Circle, en casa de Brendan. Ahí estaba el buen Brendan, con la misma cara de siempre, con el pelo más corto y menos rizado. Me quedé a dormir en su sofá los dos días, y aunque es de los más incomodo, me salió bien barato :). El viernes salimos de su casa, le dimos un paseo a su nuevo perrito, llegamos hasta la M donde empieza Georgetown, y vuelta a su casa. John estaba en su azotea echándose la siesta, y como íbamos a su casa y no queríamos molestar paramos de camino en el Lima a tomar algo. John se ha mudado a un pisito muy mono (y muy pequeño) en Chinatown, en un condo con buenísimas vistas y con una terraza que tiene un par de piscinas y barbacoas. Nos tomamos una botellita de whisky con comida india y pasamos una buena velada. Para la noche nos fuimos al Eden. Una pena que Brendan estaba cansado, me daba palo tenerlo ahí medio durmiendose de pie, así que pasé a saludar a unos amigos, me encontré con gente por casualidad y a casa a dormir.


El sábado fue un día de mucho andar. Los que hayáis estado en DC sabéis de lo que hablo. Las avenidas son gigantes, los edificios no muy grandes y como se ve todo a la distancia parece que todo está a tiro de piedra. Pero no, todo está lejos, hacía un calor súper húmedo y acabamos el día matados :). Empecé solo, porque Jaime se estaba cambiando de hotel, y me paseé por la George Washington University. Han hecho un par de edificios nuevos pero el espíritu sigue ahí. Desde ahí pasé hacia la zona del FMI y el Banco Mundial, pasé por delante de la Casa Blanca y subí a la torre de la Antigua Casa de Correos, desde donde se tiene una vista panorámica de todo DC. Estando por ahí me llamó Jaime. Le fui a buscar a su nuevo hotel, dejamos todo y volvimos a andar. Pasamos por la Casa Blanca otra vez y nos dirijimos al principio del Mall en su extremo oeste. Ahí visitamos la estatua de Einstein delante de la Academia de Ciencias, los memoriales de las guerras de Vietnam y Corea y el memorial a Lincoln. Seguimos andando hacia el memorial de la Segunda Guerra Mundial y vimos el Washington Monument desde abajo. Subimos hacia la Casa Blanca, la vimos desde la parte de atrás y ya medio muertos pillamos un taxi hacia Georgetown.


Fuimos a comer a Los Huates, un restaurante mexicano donde nos estaban esperando Brendan, John, unas cervezas fresquitas y unas decentes fajitas de ternera y gambas. La parada duró lo justo para cargar las pilas y pateamos Georgetown hasta el Waterfront y cruzamos hasta el Watergate. Ahí pillamos otro taxi y al Museo del Aire y el Espacio. Ya me conocéis y los temas de los aviones me encantan. En este museo tenéis todas las cápsulas de los programas Gemini y Apollo con las que se llegó a la Luna, los primeros aviones con los que se cruzó los EEUU y el Atlántico, y sobre todo, el avión con el que los hermanos Wright realizaron el primer vuelo tripulado en un aparato controlado y más pesado que el aire. IMPRESIONANTE! De ahí salimos andando hacia el Capitolio y a Union Station. Me volví hacia casa de Brendan ya que habíamos quedado con unos amigos suyos para cenar. Tras la cena Brendan se quedó en casa y yo salí con David por Adams Morgan y Dupont Circle para recordar viejos tiempos.


Ya el domingo sólo teníamos la mitad del día, por lo que nos bajamos andando a los Archivos Nacionales donde se guarda la Declaración de Independencia, la Constitución y la Carta de Derechos de los Estados Unidos. Salimos una vez más al Mall y visitamos el Jardín de esculturas de la Galería Nacional de Arte, donde nos relajamos a la sombra en una fuente. Empezamos a caminar hacia el hotel de Jaime, paramos una vez más en la Antigua Casa de Correos para contemplar la vista, comimos algo y de vuelta al aeropuerto.


Nota: Para ir de DC a Dulles no es fácil si no te quieres gastar demasiado dinero. Pillamos el metro hasta West Falls Church y de ahí el autobús Flyer hasta Dulles. Demasiado complicado, demasiado tiempo perdido y al final te sale por 12$.