Sunday, April 25, 2010

Salomé, en el Teatro Real


Tras mi primera experiencia en la opera madrileña con Andrea Chenier, hoy he podido disfrutar (disfrutar de verdad) con Salomé de Richard Strauss. ¿Porqué ha sido diferente esta experiencia de la que tuve hace un par de meses? La primera y más importante ha sido la obra. Esta ópera es moderna, del siglo XX, y se encuadra en un movimiento alemán entre el Romanticismo y los movimientos de vanguardia de después de la Primera Guerra Mundial. Aunque la historia de Salomé es clásica (de los tiempos de Jesucristo), la producción del Real la situa en un casino de Las Vegas, en cuya caja fuerte está encerrado Juan el Bautista. La decoración y la ambientación es buenísima, con unos magníficos decorados.

Creo que también hizo mucho que la ópera fuese más corta de lo normal, menos de 2 horas, y sólo en un acto. Ah, y que no se me olvide que tenía unas entradas buenísima: patio de butacas, fila 10. Así que con la tonteria de ser menor de 26 años me ahorré nada menos que 135 euros. Mi tercera ópera, y sin duda, la que más me ha hecho gozar hasta el momento.

El arte del poder


Ayer fui al Museo del Prado. Hacía años que no lo pisaba, no había estado en la ampliación de los Jerónimos. Y la exposición El arte del poder era una buena excusa. La exposición ha juntado pinturas de la realeza y nobleza española de los siglos XVI, XVII y XVIII con las respectivas armaduras que llevan en ellas. Las armaduras en su mayoría se conservan en la Real Armería que pertenece a Patrimonio Nacional. La exposición no esta mal, aunque no va a ganar el premio a exposición del 2010.

Sin embargo, lo que si que me ha emocionado ha sido ver la obra invitada hasta el 30 de mayo: Las hijas de Edward Darley Boit. Resulta que esta obra la vi el día de mi cumple en el Museum of Fine Arts de Boston hace apenas unos meses con Kay y Santi. Me ha traído muy buenos recuerdos. La han puesto frente a frente con Las Meninas de Velázquez. Resulta que John Singer Sargent estuvo en varias ocasiones en el Prado, copiando cuadros, y se puede ver la gran influencia del pintor sevillano en Sargent.

Y para acabar la tarde me he pasado por la manifestación de apoyo al juez Garzón. Una pena que vivamos en un país en el que los jueces valientes son juzgados. Como dijo el otro día Felipe González, "lo de Garzón es inexplicable. Y lo inexplicable no puede ser justo".

Kay en España


Hace tiempo que no actualizo el blog. Una las de las razones es que he tenido a Kay en Madrid. Vino a celebrar nuestro primer aniversario juntos y a pasar Semana Santa y estuvimos por todo España dando vueltas. Primero estuvimos una semana en Madrid. Nos dio tiempo a hacer un poco de todo. Si me tengo que quedar con alguna de esta primera semana fue la cena que nos hizo una noche Kay y el concierto que disfrutamos en el Auditorio Nacional con Joshua Bell como solista y la Filarmónica de Londres.

Así, el Miércoles Santo salimos en coche hace Sitges. Allí, gracias a la generosidad de mis padres, pudimos pasar unos días en la casa de playa que tienen allí. Sabéis que a mi no me gusta mucho lo de ir a la playa a no hacer nada, y el tiempo me ayudó, porque como no hacía muchísimo calor, hicimos muchos planes alternativos. Además de disfrutar de la cocina catalana (nos metimos unos buenísimos calçots en La Oca en Sitges) fuimos al espectacular monasterio cisterciense de Santes Creus, al castillo de Olérdola o visitamos a mi familia de Vic (el tio Antonio, Pilarín y la abuela).

De Sitges teníamos planeado bajar a Granada en coche, pero viendo que era una paliza, decidimos parar a descansar una noche en Valencia. Gracias al hotel que nos reservó Santi, pudimos darnos un paseo de un día por la capital del Turia, disfrutar de el bar El Pilar (muy recomendable para tapas) y como no todo en este mundo es perfecto, la grua se llevó mi coche al deposito municipal.

Tras pagar el insultante impuesto revolucionario del ayuntamiento de Valencia salimos en coche hacia Granada. Hacia tiempo que teníamos los dos ganas de ir alli. Yo de joven estuve, pero fui a esquiar a Sierra Nevada y no vi la Alhambra, por lo que la espectacion de los dos era máxima. Mis padres fueron super generosos y nos regalaron el hotel al lado de la Alhambra. Los del hotel, también muy amables, nos pusieron en una habitación con vistas sobre Granada y una terraza muy chula. En Granada anduvimos mucho, vimos la Alhambra de noche y de día, cenamos en un Carmen espectacular que nos recomendó Roberto (ex compi de curro) y cuando en teoría quedaban dos días para que Kay se volviese a Boston, volvimos en coche hacia Madrid.

En Madrid, Kay nunca sabes cuánto tiempo se va a quedar. Así que el día que se tenía que ir, el lunes, decidió cambiar su vuelo para el sábado. El sábado, nube de cenizas en Europa por el volcán islandés, y los de British hicieron su trabajo medio bien, porque le cambiaron el vuelo por uno de US Airways al día siguiente, pero sin todos los datos rellenados y tuvimos que luchar por que la dejasen facturar en el vuelo de US Airways.

Unos buenos días disfrutados con Kay en España