El segundo sitio al que me llevaron, y al que hemos vuelto un par de veces más, es el Russell Tavern. Este restaurante de dos plantas, en la calle JFK y a dos pasos del metro, es un buen ejemplo de los restaurantes que les gustan a mis compañeros de casa, con una amplísima carta de cervezas y una buena hamburguesa. Pero este sitio es mucho más que eso, y los platos son bonitos y sabrosos. Yo solo he tomado las carnes (trío de cerdo, cazuela de cordero o solomillo de ciervo) pero los pescados no tienen mala pinta. Mucho mejor si uno se puede sentar en la planta de arriba que abre sus ventanales a la calle o en la terracita si es época de verano. Sin embargo, si a uno lo sientan en la planta baja el local parece oscuro y falto de personalidad.
Este post lo comparto con Grafton Street, porque es un restaurante muy parecido a Russell Tavern y que pertenece al mismo dueño. El sitio me gusta más, está más cerca de casa y la terraza es inmejorable. Sólo he ido una vez, pero la merluza que me tomé con salsa de langosta estaba riquísima, y la pizza que se tomó mi primo no estaba nada mal. Apuntado para repetir.
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