Tuesday, May 03, 2011

Primer día en Boston

¡Cómo me gusta la comida de los aviones! El otro día lo pensaba, no sé si me gusta tanto porque lo relaciono con los viajes o porque en verdad es buena... Pero sea lo que sea, ayer disfrute de unas deliciosa comida camino de Boston y ESO es lo que importa :).

Me desperté más pronto de lo que debía porque creía que el avión salía al mediodía en vez de a las 14:00. De todas formas me sirvió para bajar con Guille al Jiménez a desayunar un cafecito con churros, ir a El Corte Inglés de Sanchinarro a cambiar por medio número más pequeño unos preciosos zapatos que me regalaron mis amigos y cerrar unos recados con el banco. Mi padre me llevó a la T4 de Barajas y (cosa rara en él) me acompañó a hacer el checkin. Lo de la T4 sigue sin tener sentido, decenas de mostradores de Iberia que nunca se abren y la gente haciendo casi una hora de colas para facturar el equipaje...

Una vez ya despedido de mi padre y dentro de la T4S nos dijeron que el vuelo iba con 2 horas de retraso, así que más esperas y colas. El vuelo, como todos los de Iberia transatlánticos, una mierdecilla pero a precio es que no hay nadie que les pueda batir. Asientos cutres, pantallas comunitarias para sólo 1 peli por vuelo, auriculares que duelen al ponértelos, pero todo eso a 400€ ida/vuelta. Me tocó al lado un chaval aleman con muy pocas ganas de hablar, me comí mi hamburguesa con crema de espinacas y couscous y a dormir durante una horita. Me desperté, volví a leer (y a amar) a Paul Auster, merienda (excepcionalmente bueno el bocadillo de pechuga de pollo y queso) y ya estábamos en Boston.

Lo más pesado de cualquier viaje a EEUU es llegar allí. Pasar los controles de inmigración son pesadísimos (por no decir algo peor). Por suerte, creo que como el avión llegó con retraso nos quitamos colas (he llegado a hacer una hora de cola en el aeropuerto de Boston) y pasamos muy rápido. Un agente de inmigración sorprendentemente poco borde, pasé a buscar las maletas (que cuando llegué ya estaba dando vueltas) y taxi al hotel Ames.

Espero poder dedicar más adelante un post a este magnífico hotel, pero aún lo estoy flipando. Es un "boutique hotel" de 15 plantas (esto solo pasa aquí), me ha tocado en una mega habitación en la planta 15 que creo que mide más que mi apartamento de Madrid. Ya veréis fotos.


El hotel está al lado de la oficina de everis y de todo el centro de Boston, por lo que bajé a cenar al equivalente del Restaurante Botín de Madrid, aunque aquí se llama Union Oyster House. Este restaurante, fundado en 1826, es un favorito de los locales (entre los que se encontraba JFKennedy) y sirven unos pescados sabrosos. Me explallaré más en otro post, pero fue una gran experiencia.

Ya sin poder más, volví al hotel, entre medias compré algunas cosas en el CVS y a dormir que hoy va a ser un día muy largo.

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