Lucha Libre

Tal vez lo más auténtico que he visto desde que llegué a México. El viernes no sabía muy bien que hacer con dos compañeros de Fidessa que están en México estas dos semanas. No son gente muy fiestera por lo que Jesús me comentó que me los llevase a la lucha libre mexicana.

El Arena de México, que puede acoger a 17000 personas, acoge todos los viernes a las 20:30 peleas del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL). Toda la parafernalia que rodea a la lucha libre es interesante. Al llegar el estadio (que está ubicado entre edificios de la misma altura, nada hace presagiar un estadio ahí) se ve muchos puestecillos que venden camisetas, camas y las espectaculares máscaras de los guerreros. Todo eso envuelto en pestecillos y carritos que venden todo tipo de tacos, pipas y demás guarrerías.

Compramos unas entradas bastante baratas (las de delante del ring cuestan 300 MXN y nosotros pagamos 120 por unas un piso más arriba) pero tuvimos suerte porque nos hicimos los locos y perdidos, y como nadie preguntaba, nos sentamos en la zona de los ricos. Tal vez dos rubios y un moreno con blazzer (myself) tenían pinta de ricos. El estadio estaba bastante vacio, aunque la gente hacía mucho ruido. Había dos grupos de hooligans, y cada uno gritaba y tocaba los tambores por los que estaban en el lado del ring que estaba cerca de ellos. Creo que estaban subvencionados por la organización para darle colorido a la cita.

Así vimos a malos malísimos y a heroes en peleas entre hombres y peleas entre mujeres. Cabe destacar la presencia de Máscara Dorada, Místico Sombra, el Último Guerrero (no el que teníamos en España) y Atlantis Dragón Rojo. Tengo que reconocer que son malísimos actores, los golpes están premeditados y estudiados, pero aún así, nos lo pasamos súper bien, viendo como se esperaban para darse golpes o como se abofeteaban la cara.

Una pena que no tengamos fotos porque nos confiscaron las cámaras antes de entrar. Valió la pena :).