Ayer no escribí mi crónica. Estuve en la oficina desde las 8 de la mañana hasta las 19:30, pero eso no quiere decir que trabajase tantas horas. Esta gente se toma todo con muchísima calma. Ayer, por ejemplo, estuvimos más de dos horas comiendo. Y no os creáis que alguien tenía ganas de volver a trabajar. "No te preocupes, si pasa algo ya nos llamarán". Muy diferente a la mentalidad del banco en Madrid. Otro ejemplo es alguien que tenía que hablar conmigo por la tarde pero que nunca volvió de comer.
Además, anoche sentí la soledad de estar solo en una ciudad desconocida. Reconozco que esto me ha pasado siempre que he ido a vivir a una ciudad nueva: cuando iba en verano de pequeño a Irlanda o EEUU, mis primeros días en Washington, las primeras noches en Singapur... Pero creo que esta vez es diferente. Estoy aquí de trabajo, estoy viviendo cerca del trabajo, estoy lejos del centro del DF. Así que consideré que sería una buena terapia ir al gimnasio del hotel antes de salir a cenar. Una buena carrera y algo de espalda y pecho.
Para cenar me encontré con mi vecino de habitación en el ascensor. Empezamos a hablar y le pregunté si sabía de algún restaurante bueno por la zona. Me dijo que iba a uno argentino y me uní a él. Me empezó a contar que era el jefe de Latinoamérica para el ERP de Microsoft (MS Dynamics). Me pareció un tío interesante aunque algo estirado. Esta mañana me lo he encontrado en el buffet del desayuno y hemos comido juntos.
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