Friday, January 18, 2008
Negocios
Tengo suerte. Tengo suerte de los amigos que tengo. Muchas veces, uno logra de sus amigos lo que no tiene. Quizás yo sea una persona capaz en el trabajo, pero me falta capacidad para la iniciativa. Sí, quizás soy poco iniciativo. Pero para eso tengo a mis amigos, para que me den caña con la iniciativa.
Y la iniciativa empresarial es la vena que nos está saliendo a todos. Bueno, a algunos más que a otros. La pregunta es: ¿qué debemos hacer, que negocio debemos desarrollar para forrarnos y dejar de trabajar? Así suena como algo muy trivial, pero no lo es para nada. Casos ha habido, y habrá, de gente que tiene una buena idea y se hace de oro. Y la idea no tiene que ser de oro, pero tiene que calar como el oro.
Me ponían el ejemplo de un personaje de los Estados Unidos, que se ha hecho un forretis por vender barras de baile portatiles. ¿Quién diría que eso podía dar de comer? Pues gente como Paris Hilton se las compra personalizadas por un montón de dinero. Y este señor tuvo los huevos de atreverse en algo que nadie veía claro, supo moverlo y triunfó.
La pregunta es, ¿qué podemos ofrecer? ¿Qué estamos dispuestos a sacrificar? ¿Cuánto queremos aprender? Creo, sin ninguna duda, que meterse en un negocio nada más acabar la carrera es MUY arriesgado. Empezar a trabajar en una empresa te permite una suave transición de la universidad al mundo empresarial, en el que vas cogiendo experiencia con una base sólida que te respalda. Y quizás desde esa base sólida que es el trabajo seguro, empezar a desarrollar algo, paralelamente al trabajo, donde cojamos la otra experiencia, la del posible fracaso inicial, pero también la del exito personal, propio.
Peligroso mundo el del empresario, ¿pero vale la pena?
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