Monday, April 25, 2011

Cuarto día: Orsay y Bateaux Mouches


El cuarto día en París, para no romper con la rutina, volví a levantarme super pronto. Sí, había vuelto a leer sobre las enromes colas que se formaban frente al Museo de Orsay. Además, había una interesantísima exposición sobre Manet que quería ver.

Y como no cobran por andar, me bajé andando desde Porte Maillot hasta el Orsay. Como salí con tiempo de sobra me paré en un pequeño café del bulevar Hugo a tomar un desayuno: tostada, cruasán, zumo, café y tortilla francesa (que allí la llaman "natural"). No sabéis el lujo que es tomarse eso en una pequeña terraza leyendo el L'Equipe. Pues bajando bajando llegué al museo de Orsay, y aunque aún no habían abierto las puertas, la cola ya cubría toda la esplanada delante del museo... De pronto abrieron una pequeña taquilla para venta anticipada y entré a preguntar. Me dijeron que si compraba una visita guiada, aunque fuese para el mismo día, ese era mi sitio. Fenomenal, era las 9:00, la visita era a las 11:00 y me había ahorrado una cola gigante.

¿Y qué hace uno con dos horas en París? Pues primero tomé el sol media horita en Tullerías, en esas sillas tan chic que hay al lado de las fuentes. Luego me di un paseo por esos grandes barrios: llegué a la plaza de la Concordia, subí hasta la plaza de la Madeleine, pillé el bulevar hasta la Ópera, compré entradas para un tour al día siguiente guiado y volví a bajar hacia el Orsay pasando por la plaza Vendome.

¿Porqué quería pasar por ahí? Hace un tiempo que estoy pensando en comprarme un reloj, un reloj bueno. De momento entre mis favoritos están los Longines y los Patek Philippe, pero qué sitio mejor que París para ver alta relojería. Y os tengo que reconocer que de los relojes que vi en los escaparates alrededor de la plaza Vendome todos eran muy horrosos: reljoes hiper orteras, con muchos diamantes, de colores extraños...

Llegué a eso de las 10:45 a la puerta del Orsay y la entrada para los que ya teníamos tiquet daba MIEDO. Viendo que no entraría a tiempo le dije al segurata que no me daría tiempo y me coló :). Ya estaba dentro de esta gigantesca estación de tren reconvertida en museo de arte. La visita nos la dirigió una señora cuyo inglés no era mejor que el del señor que nos llevó por el Louvre. Empezamos con algo de neoclásico y estilo ecléctico para pasar al realismo y terminar con el impresionismo y postimpresionismo. ¿Qué es lo que más me gustó? Pues volver a ver muchas piezas que ya había visto en una exposición de la Fundación Mapfre en su ambiente natural y otras obras conocidísimas como El taller del pintor de Courbert, Desayuno sobre la hierba de Monet, La madre de Whistler o las bellezas imaginarias de Tahiti de Gauguin.


Una gran sorpresa de este museo fue también el restaurante que tienen. Suelo huir de los restaurantes de los museos, pero este me encantó. El salón es espectacular y el menú no estaba mal: plato del día (salmón con verduritas) y de postre una île flottante (unas claras montadas sobre natillas que no me apasionó).


Por la tarde, tras acabar de ver las esculturas de Rodin del museo, me subí andando poco a poco por lo que había sido el antiguo barrio de Guille cuando se mudó a vivir al principio a París, en la rue Grenelle. De ahí, subí andando al Palais de Tokio, del que me habían dejado unas entradas en la habitación del hotel. Nada espectacular y vuelta al hotel antes de quedar por la noche con Marine.

El último plan del día era quedar con Marine en los Bateaux Mouches. Estas son las barcazas que surcan el Sena durante el día y la noche para ver los monumentos desde otra perspectiva. No nos defraudó a ninguno de los dos. Salen desde un poco antes del puente de Alejandro III y van hasta el final de la isla de San Luis para regresar pasando la torre Eiffel y volver a atracar al lado de la plaza de Alma. Creo que pillamos una gran hora, las 8, cuando estaba atardeciendo y los últimos rayos de sol daban un color amarillento a los edificios de piedra de París. Muy guiri (habia japoneses, un español y una francesa) pero muy chulo. Para cerrar el día cena en el barrio de Marine (Villiers) en el restaurante Le Village.

1 comment:

Lola Chase said...

Lo mejor de Paris: Montmartre y el museo de Orsay!!este verano pienso subir un finde tan solo para pasearme por alli!!

Me alegra que lo pasaras bien :)

Besitooooo*