Ayer fui al IKEA Madrid Este. Hace tiempo (casi desde que me mudé a mi nueva casa) que llevaba pensando comprarme una nueva cama, y ayer, tras varias intentonas fallidas, y con la indiscutible ayuda de mi hermana, llegué al IKEA con todo apuntado. Y es que si vas al IKEA al tuntun, sin saber qué vas a comprar, seguro que sales con una lata de arenques, un corazón de peluche y un rasca-espaldas para la ducha, pero sin lo que de verdad necesitabas.
Llegar a este IKEA no es fácil. Es muy difícil. Las obras de entrada hacia el nuevo PAU de Vallecas hace que entrar en el centro comercial sea como una gincana. Acabe por Valdemingómez, en un desvio hacia la famosa Cañada Real Galiana, aunque encontre un camino de vuelta al PAU. Pues cuando ya había conseguido llegar a la sección de dormitorios del IKEA me dijeron que mi queridísimos colchón Sultan Hasselback de 200x160cm no estaba disponible en esta tienda. Pero que lo recibirían hoy, así que para la semana que viene lo tendré en casita!! ¿Y con quién lo estrenaré? Con mi primo Santi que viene el fin de semana que viene a Madrid.
Por cierto, odio los caminos y los atajos del IKEA. En serio, los odio.
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