Llevo dos días muy sangrientos. Y no en el sentido figurado de la palabra. Ayer estaba por la zona de Sol, y me acordé de todos los mensajes que me envían los de la Cruz Roja para que vaya a donar. Así que me animé y me metí en el autobús. Donar sangre me da miedo y ansiedad, pero creo que es algo tan importante que nos debemos sobreponer a esos miedos. Entre la bolsa de 450ml y los tubitos para el análisis, me sacaron medio litro de sangre. Para reponer fuerzas, una fanta de naranja y un sandwich de pavo con queso (nada del otro mundo).
Pues hoy por la mañana tenía el reconocimiento médico de everis. He llegado y el doctor me ha hecho pruebas de todo: tensión (10/6), corazón, espalda, cuello, hombros, vista, reflejos... Después he pasado a otra sala, donde una enfermera me ha sacado más sangre para un análisis, y le he dado mi primer análisis de orina. La verdad es que la visión de esa señora entre tubos de sangre y orina me ha hecho pensar que mi trabajo no es tan malo como creía.
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