Para acabar la noche, y quitarnos el mal sabor de la cena, decidimos ir a tomar un café al, en la calle Ave María. Nunca había estado en este bar, y me pareció precioso. En un estilo de la postguerra española, mantiene una atmósfera con mucho encanto. Además, me tomé un riquísimo suizo (chocolate con nata). Habrá que volver.
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